Etapa
I. El Periodo del Discipulado Primario
Esta
etapa es tan definidamente exotérica que muchas personas
la dejaron muy atrás. El primer indicio de que un hombre
ha llegado a esa etapa (desde el punto de vista de un Maestro) es
que "la luz resplandece" en determinada vida; esto atrae
la atención del Maestro hacia esa persona. Podría
decirse que cuatro etapas constituyen el preludio del interés
del Maestro, y cuando las cuatro están presentes y unidas
en forma simultánea, sucede lo siguiente:
1.
La intensa aspiración del hombre en el plano físico
le permite repentinamente establecer [i714]
contacto con el alma. Cuando esto tiene lugar se intensifica momentáneamente
la luz en la cabeza.
2.
Aumenta grandemente el karma de la vida del hombre y -aparte de
su karma individual- por primera vez participa conscientemente
y se hace cargo de una parte del karma de su grupo. Esta dual
actividad kármica produce un verdadero vórtice de
fuerza en el aura del grupo, que atrae la atención jerárquica.
3.
El siguiente punto no es fácil de explicar o captar. Se
ha dicho que el alma está en profunda meditación
la mayor parte del ciclo de vidas de cualquier individuo, y sólo
cuando se ha logrado integrar en cierta medida la personalidad,
la atención se aparta de sus propias consideraciones internas
y asuntos egoicos, y se dirige a su sombra. Cuando esto acontece,
afecta definidamente al grupo egoico, y el Maestro (cuyo rayo
es el mismo que el del alma [e655]
implicada) se da cuenta de lo que esotéricamente se denomina
"un alma que mira hacia abajo". En el sendero del discipulado
el ego es siempre consciente de la personalidad que se esfuerza
por progresar, y llega la etapa en que (hacia el final del Sendero
de Evolución) el alma recapitula el proceso evolutivo de
involución y evolución. La energía del alma
desciende y la fuerza de la personalidad asciende, y esto tiene
lugar a través de descensos y ascensos conscientes. Me
refiero aquí al proceso que lleva a cabo el alma bajo el
impulso jerárquico, no al proceso en que la personalidad
invoca al alma bajo una imperiosa necesidad, producida en la conciencia
inferior por la gradual cesación del deseo.
4.
Así se va construyendo gradualmente el antakarana y se
relaciona conscientemente la "Luz mayor y la luz menor",
estableciéndose o creándose un sendero de luz y
energía entre estos dos aspectos divinos. A medida que
pasa el tiempo aparece en el grupo egoico lo que se conoce técnicamente
por "la vinculadora luz" o "el puente de radiación".
El Antiguo Testamento menciona este sendero cuando dice: "el
Sendero del justo es como una luz brillante que fulgura cada vez
más hasta que el día sea con nosotros". En
libros [i715] esotéricos
se lo describe en los siguientes términos: "antes
de que el hombre pueda hollar el sendero, debe convertirse en
el sendero mismo".
Estas
cuatro etapas fueron descriptas en "El Antiguo Comentario",
con los siguientes términos:
"El
punto de luz resplandece. Crece y mengua. El punto se convierte
en línea mediante la iniciación del vórtice,
y desde el centro de la fuerza rotativa surge una voz invocadora
y clara.
"Aquel
que trabaja silenciosamente, solo y sin temor (porque la parte
no está sola y el grupo no siente temores), mira abajo,
capta la luz, refleja la fuerza giratoria y escucha la voz.
"Entonces
desde el punto silencioso de poder surge el Verbo: Aquiétate.
Guarda silencio. Sabe que soy Dios. Ahora comienza el trabajo
requerido.
"Entre
el Gran Uno y el pequeño aspirante se establece la comunión;
el intercambio comienza; la mente ocupa el lugar que le corresponde.
Realmente se construye el sendero".
[e656]
Cuando los cuatro aspectos de la actividad interrelacionada están
presentes, comienzan a tomar forma y a establecerse "hábitos
espirituales". Su efecto conjunto sirve eventualmente para
atraer la atención del Maestro. El contacto es aún
demasiado débil, y el aferramiento del alma sobre la personalidad
lo es también, como es aún demasiado débil
para justificar que el Maestro haga algo directamente con el aspirante.
La etapa es de misticismo puro y de propósito espiritual
egoísta. Carece del reconocimiento de la relación
grupal, no tiene conocimiento de la tendencia grupal ni un verdadero
deseo altruista de servir. Sólo hay un vago deseo de liberación,
de integridad y de perenne felicidad personales. Esto tiene que
convertirse en emancipación, cohesión y alegría
grupales.
Por
lo tanto, la primera etapa de entrenamiento de este tipo de aspirante,
consiste en relacionarlo con un discípulo más avanzado,
que lo conducirá gradualmente adelante y le prestará
la ayuda necesaria. Por esta razón se le asigna un discípulo
que está más cerca del aspirante, aunque más
lejos de la perfección, puesto que está aprendiendo
a servir. Esta etapa de desarrollo abarca un período de información
oculta e investigación [i716]
esotérica y, por lo general, está distribuida en varias
vidas. El aspirante en esta etapa va de un instructor a otro, de
acuerdo a su tendencia, oportunidad y necesidad. Es un ejemplo de
inestabilidad, estando vigilado cuidadosamente por el discípulo
que ha trascendido esta etapa particular de volatilidad; su tarea
es asegurarse que el aspirante eluda esta "red de futilidades",
como se denomina a veces, y que se alcance gradualmente en la etapa
posterior de investigación interna.
Durante
este período el Maestro no se interesa mayormente por el
aspirante. Pasará mucho tiempo antes de ser admitido ante
Su presencia y tener contacto personal. El discípulo que
supervisa esta etapa intermedia, informa al Maestro en raros y distanciados
intervalos. Cuando el aspirante ha llegado al punto en que "puede
entrar en la luz del Ángel", el Maestro comienza a hacerse
cargo de su entrenamiento. Desde ese momento el discípulo
está irrevocable y definitivamente preparado. Esto tiene
lugar en la tercera etapa, la del Discipulado Aceptado.
Todas
estas etapas se relacionan con una de las iniciaciones, denominada
la primera: Periodo del Discipulado Primario, se relaciona con la
primera iniciación, y está conectada con el plano
físico y, como repetidamente he dicho, un gran número
de personas la dejó muy atrás. Todos los verdaderos
aspirantes han recibido la primera iniciación. Este hecho
se demuestra por [e657]
el intenso esfuerzo para introducirse en la vida espiritual, seguir
una orientación determinada hacia las cosas del espíritu
y vivir por la luz de ese espíritu. Creo que la mayoría
de quienes leen mis palabras reconocerán estas determinaciones,
como móvil básico de sus vidas) Esta etapa es la analogía
del proceso de individualización en la época lemuriana,
y a la etapa del discipulado primario se la denomina a veces el
"período de conciencia lemuriana", que conduce
de la etapa atlante de un "Discípulo en la Luz",
a la etapa aria del Discipulado Aceptado, en la cual se emprende
conscientemente la verdadera preparación para la tercera
iniciación, pues para entonces se habrá estabilizado
la integración y el hombre habrá alcanzado la plenitud
y madurez de conciencia y estará dispuesto a someterse, sin
reserva, a la impresión jerárquica.
No
es necesario extendernos más sobre esta fase preliminar,
en este cansador aunque inspirador sendero del discipulado. [i717]
Este tema es muy conocido en el mundo, acentuando casi indebidamente
la purificación, servicio y devoción. La razón
de que diga esto se debe a que se da por sentado que forman parte
de la expresión exotérica de la vida de todo verdadero
aspirante. No son causas esotéricas, sino efectos exotéricos
de actitudes internas.
A
medida que continuamos nuestros estudios sobre las etapas del discipulado,
deseo reiterar que la mayoría de los aspirantes del mundo
y las personas muy evolucionadas, con conciencia humanitaria, han
dejado muy atrás la primer etapa. Hay muchas personas que
han llegado a ser "discípulos aceptados", y ésa,
como bien saben, es la tercera etapa y por lo tanto detrás
de ellos han quedado tres experiencias:
1.
La etapa del "discipulado primario" -elemental, probatoria
e inquietante. A veces se la define como la "etapa en que
se sacuden las raíces del hombre-planta", etapa donde
las raíces (hasta ahora bien arraigadas) son removidas
y el aire y la luz perturban la paz de las edades, la paz de la
muerte, la edad de la piedra, la tumba de la vida.
2.
La etapa del "discípulo que está en la Luz",
la cual trataré más adelante.
3.
La primera iniciación precede siempre a la etapa del discipulado
aceptado. Ningún Maestro acepta a un discípulo y
lo introduce en su Ashrama si no se ha producido en él,
el nacimiento del Cristo. Como lo expresa la fraseología
[e658] cristiana,
Saulo debe convertirse en Pablo. El niño dentro de la matriz
del tiempo emerge en el mundo de los hombres y, desde el punto
de vista de total identificación con la materia (la madre)
se convierte en él mismo, y trata conscientemente de hollar
los caminos de la vida y llegar a ser lo que es. Esto es una repetición
esotérica del proceso físico de convertirse en un
individuo aislado. Entre las etapas de "individualidad aislada"
y de "unidad aislada" tenemos lo que se denomina "identificación
aislada". Esta etapa y sus implicaciones esotéricas
nos conciernen. La de unidad aislada describe la etapa alcanzada
por el Maestro; la de individualidad aislada es la del discípulo;
la de identificación aislada (con el alma) es la del discípulo
que ha llegado hasta, e inclusive, la tercera iniciación:
a.
La unidad aislada es la consumación de la [i718]
conciencia aria. La identificación aislada está
relacionada con la conciencia atlante, desde el ángulo
de la analogía superior.
b.
La unidad aislada tiene conexión con el plano mental,
está regida por el quinto rayo de Conocimiento Concreto
o Ciencia, y es un reflejo de la voluntad de conocer. La identificación
aislada tiene conexión con el plano astral, está
regida por el Sexto Rayo de Devoción o Sensibilidad Idealista,
y es un reflejo -deformado e inestable- de la voluntad de amar.
La individualidad aislada tiene que ver con la expresión
en el plano físico, está regida por el tercer
Rayo de Inteligencia Activa y es un reflejo -también
deformado e inseguro- de la voluntad de Ser.
En
el plano búdico, el plano de la divina intuición,
estas tres expresiones inferiores y sus prototipos superiores se
armonizan, y el trabajo de expansión, de las tres iniciaciones,
segunda, tercera y cuarta, produce absorción, fusión
y un proceso combinado entre discípulo y alma (eventualmente
entre la humanidad y la Jerarquía), que prepara para establecer
un mayor contacto entre el hombre y la mónada. Cuando esto
tiene lugar, el alma, la creadora del reflejo y la sombra, es descartada,
porque ese punto de conciencia ha servido su propósito. Se
produce la destrucción del cuerpo causal y sólo queda
la forma plenamente consciente y el espíritu. Sin embargo,
hasta que el hombre haya recibido las iniciaciones superiores, no
puede comprender la significación de estos comentarios.
[e659]
Referente a ello quisiera recordarles que si bien trato de entrenar
a muchas personas en la actualidad, para mayores expansiones de
conciencia, escribo principalmente para el futuro y para esos discípulos
que en años venideros leerán mis palabras y encontrarán
su camino hacia los Ashramas de los Maestros. La Jerarquía
construye para el futuro, no se ocupa del presente. Todo lo que
rea]iza es con la intención de abrir el camino hacia un mundo
más amplio y expansivo. La humanidad se preocupa por cosas
del presente; la Jerarquía trabaja y hace planes para el
futuro; Shamballa se dedica totalmente al Eterno Ahora y a la vida
dinámica, que ha creado el pasado y controla el presente
-el centro de la ilusión- y [i719]
el futuro. Quizá puedan obtener una idea o imagen de la vida
condicionadora de Shamballa si estudian la era actual del vivir
humano. Hay personas con conciencia lemuriana enfocadas en el pasado
y preocupadas por el plano físico, y también las hay
de conciencia atlante, emocional en esencia y enfocadas en el presente,
y aun otras que tienen conciencia definidamente aria, están
mentalmente enfocadas y se ocupan del futuro. Los tres tipos constituyen
una sola raza de hombres y forman la totalidad del género
humano.
[AAB.
Discipulado en la Nueva Era I]
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